Durante muchísimo tiempo hemos creído erróneamente que delgadez es sinónimo de salud y que existir fuera del "peso ideal" es sinónimo de enfermedad. Hoy te quiero platicar por qué el peso no es tan importante como lo pintan y cómo aprender a re-interpretar el ser "saludable".
Los cuerpos existen en distintos tamaños y formas, y tanto la salud, como el bienestar, pueden ser experimentados en cada uno de ellos.
El primer paso lógico para argumentarte "por qué tu peso no define tu salud" es hablar acerca de qué es la salud y de qué es nuestro peso (con todo lo que eso implica). La Organización Mundial de la Salud ha tenido a bien definir la salud como "un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades". Por otra parte, el peso hace referencia a nuestra masa corporal. Nuestro peso involucra todo lo que compone nuestra masa, tal como es: el agua, la grasa, la masa muscular, los gases que intercambiamos, etc... El peso corporal no es un número estático, pues no solamente fluctúa a lo largo del tiempo (mientras vamos creciendo), sino que que varía a lo largo del día. Y son diversos mecanismos y situaciones las que intervienen en ello, tales como: el nivel de hidratación que tenemos, la cantidad de minerales presentes, la digestión, las evacuaciones, etc... El peso en sí mismo no hace ninguna referencia a nuestro estado de salud. Sin embargo, a través de los años, los profesionales de la salud hemos sido entrenados para "diagnosticar" el estado de salud de las personas a través de una fórmula obsoleta llamada IMC (Índice de Masa Corporal) ó BMI (Body Mass Index) por sus siglas en inglés. El IMC es una sencilla ecuación que involucra el peso y la estatura de una persona, que "determina" el rango de peso en el que te encuentras. Sus puntos de corte son los siguientes:
Ahora, ¿por qué es obsoleta esta fórmula del IMC y por qué el peso no es tan importante?
Tanto el rango de IMC, como el valor aislado del peso, no dicen nada de nuestra salud.
Para clarificar esta afirmación, te comparto el siguiente ejemplo: una persona que habitualmente se ejercita físicamente y lleve una alimentación que favorezca la hipertrofia muscular (el crecimiento de los músculos, con esa pinta fortachona) probablemente tendrá un rango de IMC de sobrepeso por la cantidad de masa muscular que tiene.
Como podrás imaginarte, este ejemplo que te acabo de compartir, fuera del "peso ideal" no describe una situación donde se goce de poca salud.
En todo caso, será relevante entender y/o evaluar cómo está compuesta nuestra masa corporal. Es decir, determinar valores como:
Porcentaje de masa muscular
Porcentaje de grasa corporal
Densidad ósea
Etc...
Conocer esa información sobre nuestro cuerpo puede ayudarnos a tomar decisiones adecuadas u oportunas y gestionar nuestra salud de una mejor manera.
Quiero llevarte a cuestionarte más allá, ¡veamos ahora otro ejemplo!: Una persona con "sobrepeso" que mueve libre y gozosamente su cuerpo de forma habitual, que lleva una alimentación variada e imperfecta, que interactúa socialmente y practica meditación. Quiero que te imagines a una persona de talla mediana o grande, ¿qué opinión te merece sobre su salud?
Probablemente pensarás: "Bueno, que sí está bien que se mueva y coma variado, pero ¡es que el sobrepeso no le hace bien a nadie!"
Si pensaste eso, ¡alto ahí!, quiero invitarte a que nos cuestionemos qué es lo que realmente significa ser saludable.
Ser saludable implica poder gozar de nuestras facultades, movilidad, funciones corporales y salud mental de la mejor manera posible. Quiero recalcar eso, la mejor manera posible no representa el mismo escenario para todas las personas.
De la misma manera como los cuerpos existen en distintas formas, tamaños y tonos de piel, existen las infinitas distintas dinámicas de vida en la que cada uno de los seres humanos de este planeta nos desenvolvemos.
Para algunos, esto representa una dinámica favorecida o privilegiada, de buena disposición de recursos (tiempo, dinero, emociones...) y para algunos otros, los recursos pueden ser limitados de alguna u otra manera.
Tanto los recursos que tienes disponibles, como la forma en la que los gestionas, pueden jugar un rol clave en la calidad de vida y la salud que gozas el día de hoy.
Ser saludable va mucho más allá del peso que en este momento tiene tu cuerpo. Y pausa, quiero aclarar que por supuesto que en la ciencia hay evidencia contundente que el exceso de grasa corporal y la preservación de algunos hábitos, pueden actuar en detrimento de nuestra salud, y por lo tanto de nuestras facultades, posibilidad de movimiento, salud mental, etc...
El mensaje que te quiero transmitir es este: sea cual sea tu peso, puedes elegir gozar de tu cuerpo y procurar tu mente. Siempre hay oportunidad de elegir hacer algo bueno de ti, para ti.
Te invito a que a partir de hoy, cada cambio que hagas en afán de mejorar tu salud, lo hagas sin medir tu éxito a través del cambio en la báscula y que te guíes por otros indicadores que te hagan sentir más pleno(a) y satisfecho(a). Algunos ejemplos de estos son:
El nivel de energía que experimentas a lo largo del día
El descanso o reparación que sientes a través de las horas que duermes
La frecuencia y características de tus evacuaciones
La posibilidad de movilidad e independencia física que gozas
La claridad mental y concentración que percibes
La vida es para gozarse en este momento, no cuando llegues al peso que te ha indicado tu médico o nutricionista, ni cuando por fin te vuelva a quedar la ropa que has guardado en el clóset.
Con amor y respeto,
Alejandra